Existen muchas informaciones que circulan constantemente por la red sobre la higiene bucal y cómo debemos cuidar de nuestra dentadura. ¿Todas ciertas? ¡Para nada! Algunas de ellas son muy lejanas a la realidad. Otras, en cambio, deberíamos memorizarlas y practicarlas siempre que podamos. Mantener una adecuada higiene bucal es fácil, pero debemos saber cómo mantener nuestros dientes y encías sanos desde el conocimiento. Por ejemplo, hay quien cree que el sangrado de las encías es algo totalmente normal y que si al cepillarnos vemos algo de sangre, no tenemos que preocuparnos. Pues bien, igual que sucede con el resto de zonas del cuerpo, un sangrado no es en ninguno de los casos normal. Se puede deber a una inflamación en las encías o alguna enfermedad que deberá determinar un profesional odontólogo. Otro de los mitos más extendidos entre los pacientes es que los tratamientos de mantenimiento como las higienes bucales desgastan los dientes. Una afirmación totalmente falsa que, además, contrasta con la fortaleza de los dientes, una de las partes del cuerpo más resistentes. Otro factor de debate es la halitosis, una enfermedad que en más del 90% de los casos está producida por un conjunto de bacterias llamadas anaerobias que habitan en nuestra boca y no en el estómago, como erróneamente se cree. ¿Existen alimentos que, al ingerirlos, substituyan a la higiene bucal? Lo cierto es que no. La ingesta de comida como frutas y verduras o mascar chicle nos ayuda a arrastrar la placa y a segregar más saliva, lo que contribuye a la limpieza natural de nuestra boca. Pero lo cierto es que, aunque nos refuerce, no es una alternativa sino un complemento. Fumar: el peor aliado para nuestra salud bucodental Los fumadores creen estar protegidos ante ciertas enfermedades periodontales porque sus encías sangran menos que las de un no fumador. Pero lo cierto es que solo “enmascaran” la enfermedad y el riesgo que tienen de sufrirlas es tres veces mayor. Verdades sobre una adecuada higiene bucal El cepillado de los dientes debe realizarse aproximadamente 30 minutos después de la ingesta de alimentos. Así lo recomiendan muchos odontólogos y así se cuenta en muchas de las páginas online en las que circula información sobre higiene bucal. El tiempo que debemos emplear para cepillarnos los dientes es motivo de debate. La mejor manera de hacerlo es durante varios minutos tres veces al día. Es preferible invertir más tiempo en un buen cepillado que lavarse los dientes más veces porque conseguimos una limpieza más profunda de las piezas dentales. Vino tinto, tabaco y café… Los enemigos número uno del esmalte dental. Sí es cierto que su ingesta habitual provoca un oscurecimiento del esmalte dental. En muchos casos, la alimentación y los buenos hábitos son el mejor aliado para evitar manchar nuestros dientes. Si tú también quieres disfrutar de una sonrisa diez, visita nuestra clínica y nuestros profesionales te asesorarán sobre el tratamiento que mejor se adapta a tus necesidades.